Hoy toca desmitificar ciertas creencias populares, y que solo sirven para crear confusión al respecto de nuestro órgano más complejo; el cerebro.
1.- Es muy popular la idea de que tan solo utilizamos el 10% de nuestro cerebro. Posiblemente el cine y la literatura de ciencia ficción hayan influido de manera determinante a afianzar esta creencia. Pero lamento comunicarles que es un dato absolutamente falso.
Los seres humanos utilizamos el 100% de nuestra masa encefálica. Su funcionamiento es básicamente holístico, o sea, que funciona como un todo integrado. Ahora bien, pueden producirse errores en dichos procesos de integración, ya sean de origen fisiológico o meramente cognitivos, que nos llevan a situaciones de desarreglo funcional. La capacidad potencial que el ser humano tiene al respecto de aumentar la eficacia de su masa encefálica no está relacionada con el aumento en número de neuronas o con la activación de zonas supuestamente “desenchufadas”. En realidad se trata de mejorar los procesos de integración de lo que ya tenemos, de aprender a controlar las desviaciones en la transmisión hormonal dentro del ya complejísimo universo cerebral.
2.- Después de una noche de fiesta, ¿a quién no le han dicho eso de que el alcohol mata neuronas? Pues bien, esto también es pura leyenda. La composición química del alcohol actúa de manera inhibitoria sobre los receptores gabaérgicos, glutamatérgicos y a nivel del D-aspartato, excitando al mismo la vía dopaminérgica mesolímbica, con los efectos ya conocidos por la mayoría de nosotros: euforia, desinhibición, pérdida del miedo, y cuando la intoxicación es más elevada, somnolencia, problemas en el habla, disminución de la eficacia motora tanto gruesa como fina… En definitiva, el alcohol no es lo que mata neuronas, sino que modifica su funcionamiento. La muerte neuronal si puede producirse por los efectos a largo plazo del consumo excesivo de alcohol, como el ictus, que ya sea de origen isquémico _ por obstrucción de las arterias que riegan el cebero y la consecuente falta de oxigenación_, o hemorrágico _ por la alta toxicidad que la sangre presenta sobre la superficie celular de las neuronas_ con un potencial altamente letal sobre el sistema nervioso central.
Así pues, si quieren beber háganlo siempre con moderación, pero olvídense de esa creencia de que cada copa disminuye su masa neuronal, porque es taxativamente falso.
3.- El cerebro del hombre es más racional y el de la mujer más emocional. ¿Pero a quién se le ha ocurrido semejante tontería? Aunque existes pequeñas diferencias anatómicas, el cerebro del hombre y de la mujer funcionan básicamente igual. Otra cosa son las construcciones culturales, la forma en la que aprendemos nuestra conducta futura y como vamos a enfrentarnos al entorno. La mujer puede ser tan racional como un hombre, y el hombre puede ser tan emocional como una mujer. Lo que sucede es que, en función a la cultura donde crecemos, ciertas pautas de comportamiento están mejor o peor aceptadas según el sexo del individuo, lo que genera una expresión diferente de nuestra psique, pero por pura manipulación educacional.
4.- Existe la creencia de que el lado derecho de nuestro cerebro es más creativo, y el lado izquierdo se encarga de funciones más relacionadas con la lógica. Pues bien, esta creencia popular está muy relacionada con la primera de las que hemos mencionado. Nuestro cerebro funciona de manera integrada; así que en realidad ambos hemisferios realizan tareas tanto creativas como lógicas.
Mario López Sánchez
Psicólogo