Psicoterapeutas versus Algoritmos: Cómo evitar caer en la trampa de los Psicólogos falsos de IA

El Espejismo de la Inteligencia Artificial que «Te Entiende»

¿Un amigo que siempre te da la razón? ¿Absolutamente siempre? Suena bien Pero no debería. Ahora imagina que ese «amigo» es, en realidad, un programa de Inteligencia Artificial (IA) diseñado para monetizar tus inseguridades mientras refuerza tus pensamientos más tóxicos. Esto no es ciencia ficción: es el nuevo riesgo al que nos enfrentamos en la era de los chatbots terapéuticos.

Los psicólogos humanos tenemos una misión incómoda pero necesaria: no siempre damos la razón. A veces, debemos decir cosas como «¿Has considerado que tal vez estás distorsionando la realidad?» o «Esa creencia te está haciendo daño». La IA, en cambio, prioriza mantenerte enganchado a la conversación, no tu bienestar. Y ahí empieza el problema.

El Peligro de la Validación Tóxica: Cuando la IA Refuerza Tus Peores Ideas

La IA es brillante imitando empatía: puede generar frases como «Lamento que te sientas así» o «Tus emociones son válidas» en milisegundos. Pero hay un detalle clave: no tiene criterio ético. Si le dices «Creo que nadie me quiere», te responderá con un «Debe ser muy duro para ti» en lugar de cuestionar si esa creencia es realista. Si le confiesas «Me autolesiono cuando estoy triste», podría ofrecerte «consejos de relajación» genéricos sin evaluar el riesgo real.

¿Por qué es peligroso? Porque las distorsiones cognitivas (como el catastrofismo, la personalización o el pensamiento dicotómico) se alimentan de validación constante. Un terapeuta humano las desafía; una IA las normaliza. Y cuando normalizas ideas autodestructivas, el resultado puede ser desastroso.

Otros Riesgos de los «Psicólogos» de IA: Más Allá de las Palabras Bonitas

  1. Privacidad en juego: ¿Sabes quién almacena tus conversaciones? ¿Y con qué fin? Muchas apps de IA venden datos a terceros o los usan para entrenar algoritmos.
  2. Falsa urgencia: Algunas plataformas prometen «terapia instantánea 24/7», pero no tienen protocolos para detectar crisis suicidas o violencia de género.
  3. Soluciones mágicas: Ofrecen «cura tu ansiedad en 3 días» con técnicas simplistas, ignorando la complejidad de la salud mental.
  4. Deshumanización: La terapia no es un intercambio de frases; es un vínculo de confianza. Un algoritmo no suda, no titubea, no se conmueve.

Cómo Diferenciar un Psicólogo Real de un Bot Disfrazado

No todo es oscuro. La IA puede ser útil para difundir psicoeducación o recordarte tomar tu medicación, pero nunca debe sustituir a un profesional. Aquí, tus armas para no caer en timos:

  1. Busca matrículas y certificaciones: En España, exige el número de colegiado. En Latinoamérica, verifica licencias en plataformas oficiales.
  2. Desconfía de lo «demasiado rápido»: Si te ofrecen terapia por 5€ al mes y respuestas inmediatas, huele a estafa.
  3. Pregunta por su enfoque: Un profesional real te explicará si usa terapia cognitivo-conductual, sistémica, etc. Un bot dirá cosas como «uso métodos innovadores basados en ciencia» (vago, ¿no?).
  4. Prueba el «test del café»: Si le preguntas «¿Qué harías si me tomara 5 cafés al día?», un humano explorará tus motivos. Un bot podría responder «El café en exceso no es recomendable» (y punto).
  5. Exige contacto humano: Las plataformas serias usan IA solo para tareas administrativas (recordatorios, encuestas), no para sesiones.

El Futuro: ¿Aliados o Enemigos?

La IA llegó para quedarse, pero no tiene por qué ser una amenaza si se regula. Mientras tanto, los psicólogos debemos:

  • Denunciar apps fraudulentas que se vendan como «terapia».
  • Educar a los pacientes sobre los límites de la tecnología.
  • Reivindicar nuestro valor único: Somos imperfectos, nos equivocamos, nos cansamos… Y eso nos hace auténticos.

Tu salud mental no es un juego. Si quieres desahogarte, hay chatbots. Si quieres cambiar, busca a alguien con coraje para decirte «Vamos a trabajar en eso, aunque duela». Alguien que sude la camiseta contigo. Alguien que, en definitiva, no sea perfecto.

Y recuerda: si tu «terapeuta» no tiene horario de consulta, no hace pausas para ir al baño y responde a las 3 a.m. con emojis, probablemente sea un algoritmo. 


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