¿Vacunas, antenas 5G o extraterrestres? Lo que no causa el autismo (y lo que realmente es)
Durante años, el autismo ha sido protagonista involuntario de muchas películas… y de muchas teorías conspirativas. En el imaginario popular, el Trastorno del Espectro Autista (TEA) ha estado envuelto en un halo de misterio, confusión y, por qué no decirlo, bastante desinformación. ¿Y qué pasa cuando algo no se comprende bien? Exacto: aparecen los mitos, las teorías raras y, en el peor de los casos, los bulos que hacen daño.
Vamos a repasar algunas de las teorías conspiranoicas más absurdas sobre el origen del TEA… y a contarte qué sabemos realmente desde la ciencia.
💉 Teoría 1: Las vacunas causan autismo
Esta es la reina de las teorías conspiranoicas. Surgió en los años 90 cuando un médico británico llamado Andrew Wakefield publicó un estudio que vinculaba la vacuna triple vírica (sarampión, paperas y rubéola) con el autismo. Años después se descubrió que el estudio era fraudulento, que Wakefield tenía conflictos de interés y que la revista médica lo retiró oficialmente. Pero ya era tarde: el mito había echado raíces.
🔬 Lo que dice la ciencia: se han hecho decenas de estudios con millones de niños en todo el mundo, y ninguno ha encontrado relación entre las vacunas y el TEA. Fin del misterio.
📡 Teoría 2: Las antenas 5G alteran el cerebro de los niños
Con la llegada del 5G y su dudosa fama de “alterar el ADN”, no faltó quien relacionara estas antenas con el aumento de casos de autismo. ¿La lógica? Inexistente. Pero en redes sociales no hace falta lógica, solo compartir y viralizar.
🔬 Realidad: no hay ninguna evidencia científica que relacione la tecnología 5G con el desarrollo neurológico infantil. El autismo se empieza a manifestar mucho antes de que un niño tenga su primer móvil.
👽 Teoría 3: El autismo es una mutación provocada por extraterrestres o experimentos secretos
Sí, esto también existe. Hay quien asegura que el TEA es una «evolución cerebral» provocada por fuerzas externas. Algunas versiones más esotéricas aseguran que los niños autistas tienen «misiones especiales» en el planeta Tierra. Esto suena muy a ciencia ficción… y lo es.
🔬 Dato: tener una condición neurológica no convierte a nadie en un ser de otra galaxia. Las personas con TEA tienen capacidades y retos humanos, muy humanos.
Entonces… ¿Qué es realmente el Trastorno del Espectro Autista?
Después de pasar por todas estas fantasías, volvamos a la tierra (literalmente).
✅ El TEA es un trastorno del neurodesarrollo que afecta principalmente dos áreas:
- La comunicación e interacción social
- Los patrones de comportamiento e intereses, que suelen ser repetitivos o muy intensos
Se llama espectro porque puede manifestarse de muchas formas distintas. Algunas personas con TEA necesitan apoyo constante; otras pueden vivir de forma bastante independiente. No hay un único “tipo de autismo”, y no siempre es fácil de detectar.
🧠 ¿Cuál es su origen?
Las investigaciones actuales apuntan a una combinación de factores genéticos y biológicos, que afectan cómo se desarrolla el cerebro antes o poco después del nacimiento. No hay un solo gen del autismo, ni un solo desencadenante ambiental. Y, por si hace falta repetirlo: no lo causa una vacuna ni una antena ni una fuerza del más allá.
¿Por qué es importante desmentir estos mitos?
Porque culpar a cosas que no tienen relación con el autismo desvía la atención de lo verdaderamente importante: apoyar a las personas dentro del espectro, ofrecer diagnósticos tempranos, promover la inclusión y, sobre todo, entender que el TEA no es una enfermedad ni un castigo. Es simplemente una forma diferente de procesar el mundo.
Así que la próxima vez que alguien diga que las vacunas provocan autismo… respira hondo, comparte datos y, si hace falta, pásale este artículo. A lo mejor hasta te da las gracias.
Identificar a una persona dentro del espectro autista cuando presenta pocos síntomas puede ser complejo, especialmente en casos de autismo de alto funcionamiento o síndrome de Asperger (hoy ambos integrados dentro del diagnóstico de TEA: Trastorno del Espectro Autista). No obstante, hay señales sutiles que pueden ayudarte a detectar esta condición:
1. Dificultades en la comunicación social sutil
- Dificultad para mantener una conversación recíproca (por ejemplo, cambiar de tema según el interlocutor).
- Literalidad en la comprensión del lenguaje (no entienden del todo bromas, sarcasmos o dobles sentidos).
- Uso inusual del lenguaje (habla muy formal, monótona o con frases aprendidas de memoria).
2. Intereses restringidos o intensos
- Intereses muy profundos o inusuales que dominan gran parte de su pensamiento o conversaciones.
- Poca flexibilidad para hablar de otros temas o realizar otras actividades.
3. Dificultades para interpretar señales sociales
- Le cuesta reconocer expresiones faciales, tono de voz o lenguaje corporal.
- Puede parecer distante, torpe socialmente o “desinteresado” en los demás, aunque no lo sea.
4. Rutinas o comportamientos repetitivos
- Necesidad de seguir rutinas fijas (aunque no extremas), molestia ante cambios inesperados.
- Repetición de ciertas conductas, movimientos o frases.
5. Hipersensibilidad o hiposensibilidad sensorial
- Molestia con ciertos sonidos, luces, texturas o sabores, aunque no siempre lo verbalicen.
- Conductas de evitación o búsqueda sensorial sutiles (evitar multitudes, tocar ciertas telas, etc.).
6. Empatía cognitiva reducida pero empatía emocional presente
- Puede entender que una persona está triste, pero le cuesta saber por qué o cómo responder de forma adecuada.
¿Qué hacer si sospechas?
Lo más recomendable es una evaluación por un profesional con experiencia en TEA (psicólogo clínico, psiquiatra o neurólogo). Existen entrevistas diagnósticas estructuradas como el ADI-R o el ADOS-2, que son más precisas, incluso en casos con pocos síntomas.
Finalmente, os regalo un par de cuestionarios descargables, tanto para adultos como para niños, con el que podéis cribar a vuestros seres queridos. Ojo: estos cuestionarios no sustituyen la evaluación profesional. Tan solo sirven para definir si serían precisas más pruebas. El diagnóstico TEA es complejo y no puede hacerse desde casa, bajo ningún concepto. Pero si has observado síntomas sospechosos, puedes usar los test para decidir si ir más allá y solicitar cita para un análisis más exhaustivo.
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