EMDR ¿Pseudoterapia?

La EMDR, por sus siglas en inglés «Eye Movement Desensitization and Reprocessing» (Desensibilización y Reprocesamiento por Movimientos Oculares), es una forma de psicoterapia desarrollada por la psicóloga Francine Shapiro a finales de la década de 1980. Está diseñada principalmente para tratar el trastorno de estrés postraumático (TEPT), aunque también se ha utilizado para tratar una variedad de otros trastornos y problemas psicológicos.

La EMDR se basa en la idea de que los síntomas del TEPT y otros trastornos pueden ser el resultado de experiencias traumáticas no resueltas que se almacenan de manera disfuncional en la memoria. Durante las sesiones de EMDR, el terapeuta guía al paciente a través de una serie de movimientos oculares, sonidos o toques táctiles, mientras el paciente evoca el recuerdo traumático y se concentra en diferentes aspectos de la experiencia. Esta estimulación bilateral se cree que facilita el procesamiento adaptativo de la información traumática, permitiendo al paciente revisar y reconstruir la memoria de manera más saludable.

La terapia EMDR generalmente se realiza en ocho fases:

  1. Historial clínico y planificación del tratamiento.
  2. Preparación del paciente para el procesamiento.
  3. Evaluación del objetivo del tratamiento y el recuerdo objetivo.
  4. Desensibilización, donde el paciente evoca el recuerdo traumático mientras se realizan los movimientos oculares o la estimulación bilateral.
  5. Instalación, donde se refuerzan las creencias positivas y adaptativas del paciente.
  6. Desarrollo de recursos, donde se enseñan al paciente habilidades de afrontamiento.
  7. Cierre, donde se asegura que el paciente esté estable emocionalmente al final de la sesión.
  8. Reevaluación, donde se revisan los progresos y se planifica el trabajo futuro.

Si bien la terapia EMDR (Desensibilización y Reprocesamiento por los Movimientos Oculares) ha ganado popularidad y ha sido respaldada por algunos estudios, también hay argumentos que algunos críticos han presentado para considerarla una pseudoterapia. Aquí hay algunos de esos argumentos:

  1. Falta de evidencia sólida: Aunque hay algunos estudios que respaldan la efectividad de EMDR, su base de evidencia no es tan extensa o sólida como la de otras formas de terapia, como la terapia cognitivo-conductual (TCC). Algunos estudios han tenido limitaciones metodológicas, como un tamaño de muestra pequeño o la falta de un grupo de control adecuado.
  2. Mecanismo de acción cuestionable: El mecanismo exacto a través del cual EMDR produce sus efectos terapéuticos no está completamente comprendido. Los movimientos oculares y la estimulación bilateral utilizados durante la terapia no tienen una base científica sólida que respalde su eficacia en el procesamiento de traumas. Algunos críticos argumentan que los efectos terapéuticos pueden atribuirse a otros aspectos de la terapia, como la exposición gradual al recuerdo traumático o la relación terapéutica.
  3. Promoción de prácticas no fundamentadas: Algunos terapeutas de EMDR han sido acusados de promover prácticas no fundamentadas, como afirmaciones de que la terapia puede curar una amplia gama de trastornos mentales o problemas psicológicos sin una base sólida de evidencia científica.
  4. Riesgo de falsos recuerdos: La naturaleza del proceso de EMDR, que implica la exploración y el procesamiento de recuerdos traumáticos, plantea preocupaciones sobre el riesgo de inducir falsos recuerdos en los pacientes, especialmente cuando se utilizan técnicas de recuperación de memoria.
  5. Ausencia de regulación: A diferencia de otras formas de terapia que están respaldadas por organizaciones profesionales y regulaciones estrictas, la práctica de EMDR no está tan estandarizada ni regulada, lo que puede aumentar el riesgo de malas prácticas por parte de algunos terapeutas.

En conjunto, estos argumentos sugieren que mientras que la terapia EMDR puede beneficiar a algunos pacientes, también existe un riesgo de que se promueva como una terapia más efectiva de lo que realmente es, lo que lleva a la pseudociencia. Es importante que los pacientes busquen terapeutas calificados y críticos al considerar cualquier forma de terapia, incluida la EMDR.

Mi opnión

Los ejercicios de movimientos oculares guiados que acompañan las sesiones de EMDR no son más que un adorno llamativo para monetizar en exceso un servicios de salud mental. La EMDR incluye la exposición al recuerdo traumático de forma similar a como lo haría el Psicoanálisis, o incluso la Terapia Cognitivo Conductual. Por lo tanto, los beneficios observados podrían deberse a estas técnicas, ya que los estudios no incluyen el aislamiento de los movimientos oculares como única mecánica de intervención. Dicho esto, considero que es una mera teatralización que ha servido, sobre todo, para marcar diferencias curriculares entre quién puede pagar las exorbitadas e injustificadas cifras de los cursos de formación EMDR y los que no pueden. Vendría a ser una evolución más desarrollada y retorcida del famoso MÁSTER EN PSICOLOGÍA GENERAL SANITARIA, que no ofrece un contenido significativamente diferente a lo ya estudiado en el GRADO UNIVERSITARIO.

¿Es la EMDR una pseudoterapia? No me atrevería a lanzar esa afirmación. Ahora bien, ¿es una técnica superior a la Terapia Cognitivo Conductual, o incluso al Psicoanálisis? Rotúndamente no. Observo que estamos ante una sobrevaloración técnica injustificada que tiene visos de haberse alimentado por intereses meramente mercantiles, y no escrupulosamente científicos.


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