Apuntes de Psicología: La Ansiedad como fenómeno colectivo


La ansiedad es uno de los trastornos mentales más prevalentes en la sociedad contemporánea. Tradicionalmente, se ha abordado desde una perspectiva individual, centrándose en factores biológicos, cognitivos o experiencias personales. Sin embargo, una mirada más profunda revela que la ansiedad podría tener raíces mucho más amplias, arraigadas en determinantes sociales y colectivos. ¿Podría nuestro propio sistema social estar generando las condiciones perfectas para la proliferación de la ansiedad?


La Perspectiva Sociológica de la Ansiedad
Si bien es innegable que existen vulnerabilidades individuales, la creciente incidencia de la ansiedad a nivel global sugiere que no podemos limitarnos a explicaciones puramente personales. La sociología de la salud mental nos invita a considerar cómo las estructuras sociales, las normas culturales y las dinámicas económicas influyen en nuestra salud psicológica. En este sentido, la ansiedad podría ser vista como un síntoma de una sociedad enferma, más que de individuos inherentemente disfuncionales.


Consideremos, por ejemplo, el impacto de:
* La precariedad laboral: La incertidumbre económica, la falta de estabilidad y la presión constante por la productividad pueden generar un estado de alerta y preocupación crónicos.
* La hiperconectividad y la cultura de la comparación: Las redes sociales nos exponen a vidas aparentemente perfectas, fomentando la comparación constante, el miedo a quedarse atrás (FOMO) y una autoexigencia irreal.
* La desintegración comunitaria: En sociedades cada vez más individualistas, la pérdida de lazos sociales fuertes y el apoyo comunitario puede dejar a las personas aisladas y sin una red de contención.
* La mercantilización de la existencia: Un sistema que valora el éxito material por encima del bienestar, y que nos empuja a consumir y producir constantemente, puede generar una sensación de vacío y falta de propósito.


Teorías que Sostienen una Degradación Social
Diversos teóricos y corrientes de pensamiento han alertado sobre la degradación de nuestro sistema social y su impacto en la salud mental. Aquí te presentamos algunas perspectivas clave:
1. La Sociedad del Rendimiento (Byung-Chul Han)
El filósofo Byung-Chul Han argumenta que hemos pasado de una sociedad disciplinaria a una sociedad del rendimiento. En esta última, ya no estamos coaccionados por prohibiciones externas, sino por una autoexigencia interna de optimización constante. Se nos dice que «todo es posible», lo que paradójicamente genera una presión inmensa por el éxito y una autoexplotación que conduce al agotamiento, la depresión y, por supuesto, la ansiedad. El sujeto del rendimiento es su propio explotador, y esta lógica se internaliza, convirtiendo el «poder hacer» en un «deber hacer» agotador.
Imagina: Una persona que siente la necesidad constante de estar disponible, de responder correos electrónicos fuera del horario laboral, de perfeccionar cada tarea, no por una obligación impuesta, sino por una auto-coerción interna. Esta es la semilla de la ansiedad en la sociedad del rendimiento.

2. La Modernidad Líquida (Zygmunt Bauman)
Zygmunt Bauman, con su concepto de modernidad líquida, describe una época de constante fluidez, incertidumbre y cambio. Las estructuras sociales, laborales y afectivas son cada vez menos sólidas y más efímeras. La seguridad y la estabilidad, antaño pilares de la existencia, se han vuelto lujos inalcanzables para muchos. Esta falta de anclaje genera una sensación de vulnerabilidad y desorientación que alimenta la ansiedad.
Piensa en: La dificultad para establecer planes a largo plazo, la obsolescencia rápida de habilidades laborales, la fragilidad de los lazos interpersonales. Todo esto contribuye a un ambiente de inseguridad existencial que propicia la ansiedad.

3. La Anomia y la Desintegración Social (Émile Durkheim)
Aunque Durkheim es conocido por sus estudios sobre el suicidio, su concepto de anomia es fundamental aquí. La anomia se refiere a la ausencia o debilitamiento de las normas sociales que guían el comportamiento individual. En una sociedad anómica, los individuos se sienten desorientados, sin un sentido claro de pertenencia o propósito. Esta desorientación puede llevar a la frustración, la desesperanza y, sí, también a la ansiedad, ya que las personas luchan por encontrar su lugar y significado en un mundo sin brújula.


Reflexiona sobre: La pérdida de los grandes relatos (religión, ideologías), la fragmentación de la comunidad y la primacía del individualismo. Estos factores pueden generar un vacío normativo que se llena con la incertidumbre y la ansiedad.

4. La Reificación y la Enajenación (Marxismo y Teoría Crítica)
Desde una perspectiva crítica, la reificación y la enajenación en el capitalismo avanzado también pueden contribuir a la ansiedad. La reificación implica que las relaciones sociales se perciben como relaciones entre cosas, deshumanizando las interacciones. La enajenación, por su parte, describe la separación del individuo de su propio trabajo, de los productos de su trabajo, de otros seres humanos y de su propia esencia humana.
Considera: Un trabajo monótono y repetitivo donde el trabajador no ve el producto final de su esfuerzo, o donde su valor se reduce a su productividad económica. Esta falta de significado y conexión con el propio hacer puede generar una profunda sensación de vacío y, por ende, ansiedad.

La Ansiedad como Alarma Colectiva
Desde esta perspectiva, la creciente incidencia de la ansiedad no es una mera casualidad o un problema de «individuos defectuosos». Es, en cambio, una alarma resonante que nos indica que algo fundamentalmente disfuncional está ocurriendo en nuestras estructuras sociales. La ansiedad se convierte en un síntoma colectivo de una sociedad que está empujando a sus miembros más allá de sus límites psicológicos.
Reconocer la ansiedad como un fenómeno con fuertes determinantes sociales nos permite ir más allá de la culpabilización individual y nos invita a considerar intervenciones a nivel macro. Esto implica pensar en políticas sociales, económicas y culturales que fomenten la seguridad, la conexión comunitaria, el equilibrio entre vida laboral y personal, y un sentido de propósito más allá del mero consumo y la productividad.


Para la Reflexión:

¿Crees que el enfoque individual de la psicología es suficiente para abordar la epidemia de ansiedad actual?


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